Un país indefenso entre la espada y la pared.
La disyuntiva argentina de equiparse militarmente con Occidente, teniendo al Reino Unido como enemigo colonialista histórico, es un tema complejo que ha estado presente en la historia reciente de Argentina, en particular debido a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas.
La Guerra de las Malvinas en 1982 marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Argentina y el Reino Unido, ya que ambos países se enfrentaron en un conflicto armado por el control de las islas en el Atlántico Sur. La derrota argentina en la guerra dejó una profunda huella en la conciencia nacional y generó un debate interno sobre la necesidad de fortalecer las capacidades militares del país.
Desde entonces, Argentina ha buscado modernizar y fortalecer sus fuerzas armadas, en parte como respuesta a la percepción de amenazas externas, especialmente en relación con la presencia militar británica en las Islas Malvinas y su pasado invasor. Este proceso de modernización ha incluido la adquisición de nuevos equipos militares, la mejora de la capacitación de las fuerzas armadas y la búsqueda de alianzas estratégicas con otros países occidentales.
Sin embargo, la disyuntiva radica en el equilibrio delicado que debe mantener Argentina entre fortalecer sus capacidades militares para proteger sus intereses nacionales y evitar una escalada de tensiones con el Reino Unido que pueda desembocar en un nuevo conflicto armado. Por un lado, el país necesita estar preparado para defender y recuperar su soberanía y territorio, pero por otro lado, también la política correcta dice que debe buscar vías diplomáticas y pacíficas para resolver las diferencias con el Reino Unido.
En este contexto, la relación de Argentina con otros países occidentales, en particular con Estados Unidos y algunos países europeos, cobra una relevancia especial, ya que puede brindar apoyo en términos de cooperación militar, intercambio de inteligencia y capacitación de fuerzas armadas. Al mismo tiempo, Argentina también ha buscado fortalecer su participación en organizaciones regionales como la UNASUR y la CELAC, como parte de una estrategia más amplia de defensa de sus intereses en el ámbito internacional. Igualmente, cabe destacar que muchos de los países que se llamaron "amigos" de Argentina terminaron traicionando descaradamente en la guerra de 1982 para complacer los intereses del mundo anglosajón con relaciones carnales que nos brindan una desconfianza a la hora de tratar este tema tan complejo.
La disyuntiva argentina de equiparse
militarmente con Occidente refleja los desafíos y complejidades de la política
de defensa de un país que debe equilibrar la necesidad de proteger sus
intereses nacionales con la búsqueda de la paz y la estabilidad en la región,
cuando las potencias hacen todo el esfuerzo de desestabilizar. Supuestamente, la
diplomacia y el diálogo siguen siendo herramientas fundamentales para resolver
conflictos y construir relaciones constructivas con otros países en el
escenario internacional. Pero el tiempo sigue pasando y los invasores siguen afianzándose
en un territorio del que han despojado por la violencia a un país soberano.
Ante la alternativa de equiparse militarmente
con Occidente, Argentina podría explorar diversas alternativas para fortalecer
sus capacidades de defensa sin necesariamente recurrir a una carrera
armamentista o a enfrentamientos directos.
Una opción es en vez de centrarse en el fortalecimiento militar como única opción, Argentina podría priorizar la vía diplomática y buscar resolver sus disputas con el Reino Unido a través del diálogo y la negociación. La búsqueda de acuerdos bilaterales o la mediación de terceros países podrían ser estrategias efectivas para evitar conflictos armados, hasta el día de hoy sin efectos positivos para Argentina.
Argentina podría fortalecer su cooperación militar con otros países de la región, como Brasil, Chile y otros miembros del Mercosur, para promover la seguridad y la estabilidad en América del Sur. La colaboración regional en materia de defensa podría contribuir a disuadir eventuales amenazas externas y fortalecer la defensa colectiva.
A su vez, podría incrementar su participación en organizaciones internacionales como la ONU, la OEA y la UNASUR para promover la paz y la seguridad a nivel global y regional. Estas plataformas pueden ser utilizadas para abogar por la resolución pacífica de conflictos y promover el desarme y la no proliferación de armas.
Asimismo, en lugar de enfocarse en un armamentismo agresivo, Argentina podría optar por modernizar y profesionalizar sus fuerzas armadas, invirtiendo en tecnología, capacitación y logística para aumentar su eficiencia y capacidad de respuesta ante posibles amenazas. Esta opción no resolvería en ninguna de sus formas la recuperación por última vía de la soberanía de Malvinas.
También podría diversificar sus capacidades de defensa invirtiendo en áreas como la ciberseguridad, la inteligencia estratégica, la protección civil y la ayuda humanitaria, que son fundamentales en un panorama global cada vez más complejo y diversificado.
En definitiva, la disyuntiva de equiparse militarmente en este contexto, plantea desafíos significativos para Argentina, pero también abre espacio para explorar alternativas creativas y constructivas que promuevan la seguridad y la estabilidad en la región sin recurrir a confrontaciones directas. La adopción de una estrategia integral y equilibrada que combine elementos diplomáticos, de cooperación regional y de modernización de las fuerzas armadas podría ser clave para garantizar la defensa de los intereses argentinos en un contexto geopolítico cambiante y desafiante.
Armarse militarmente
Si Argentina decide fortalecer sus capacidades
militares, hay varias opciones que el país podría considerar para armarse de
manera efectiva. A continuación, se presentan puntos neurálgicos para lograr el
objetivo:
1. Modernización de equipos militares: Argentina podría invertir en la modernización de su arsenal militar, adquiriendo nuevos sistemas de armas, vehículos terrestres, aeronaves y buques de guerra. La actualización de sus equipos aumentaría la capacidad operativa y la eficiencia de sus fuerzas armadas.
2. Capacitación y entrenamiento: Mejorar la capacitación y el entrenamiento de las fuerzas armadas es fundamental para garantizar su preparación y eficacia en situaciones de conflicto. Argentina podría invertir en programas de formación continua, ejercicios militares conjuntos y colaboración con fuerzas armadas de otros países.
3. Desarrollo de tecnología militar: Fomentar el desarrollo de tecnología militar propia, incluida la nuclear, podría permitir a Argentina reducir su dependencia de la importación de armamento y fortalecer su industria de defensa. La inversión en investigación y desarrollo de tecnología militar avanzada podría proporcionar al país una ventaja estratégica.
4. Busqueda de alianzas y acuerdos de cooperación militar: Argentina podría buscar alianzas y acuerdos de cooperación militar con otros países, especialmente con potencias occidentales, para acceder a tecnología, inteligencia y capacidades militares avanzadas. Estas alianzas pueden contribuir a fortalecer la defensa del país y mejorar su interoperabilidad con fuerzas aliadas.
5. Incremento significativo del presupuesto de defensa: Aumentar el presupuesto destinado a defensa permitiría a Argentina realizar inversiones significativas en la modernización y fortalecimiento de sus fuerzas armadas. Un mayor financiamiento podría destinarse a la adquisición de equipos, infraestructura militar y programas de capacitación.
6. Refuerzo de la ciberdefensa: Dada la creciente importancia de la ciberseguridad en el ámbito militar, Argentina podría enfocarse en fortalecer sus capacidades en este ámbito, invirtiendo en tecnologías y expertos en ciberdefensa para proteger sus sistemas militares de posibles ciberataques.Es importante destacar que cualquier decisión relacionada con el fortalecimiento militar de un país debe ser cuidadosamente evaluada, considerando factores como las necesidades de defensa nacional, el contexto geopolítico, las capacidades de las fuerzas armadas y la disponibilidad de recursos. Pero, además, para cualquier potencia enemiga del empoderamiento de los países en desarrollo, es fundamental garantizar que cualquier medida tomada esté en consonancia con el marco legal internacional y respete los principios de paz y seguridad regionales como excusa para mantener bajo su yugo a estos países
¿Proveedores de armamento en occidente?
Si Argentina está considerando adquirir
armamento en Occidente y desea explorar opciones de proveedores sin recurrir al
Reino Unido debido a posibles tensiones políticas o conflictos de interés,
existen varios países que podrían servir como alternativas.
- Estados Unidos: Como uno de los principales proveedores de armamento en el mundo, ofrece una amplia gama de equipos militares avanzados, incluyendo aviones de combate, sistemas de misiles, vehículos blindados y buques de guerra. Argentina ha adquirido equipos militares de Estados Unidos en el pasado y podría explorar nuevas opciones de cooperación en este sentido. En este contexto, con las relaciones carnales que tiene con el Reino Unido invasor, a mi criterio, no sería un proveedor confiable.
- Francia es otro importante proveedor de armamento en Occidente, con una industria de defensa altamente desarrollada que ofrece tecnología militar avanzada en diversas áreas. Argentina ha mantenido relaciones comerciales en el ámbito de la defensa con Francia y podría considerar la posibilidad de adquirir equipos militares franceses.
- Alemania es conocida por su industria de defensa de alta calidad y por ofrecer equipos militares sofisticados en áreas como la aviación, la tecnología naval y los sistemas de defensa aérea. Argentina podría explorar la posibilidad de establecer acuerdos de cooperación en materia de defensa con Alemania.
- Italia es otro país europeo que cuenta con una industria de defensa significativa y ofrece una variedad de equipos militares, incluyendo aviones de combate, sistemas de armas terrestres y navales. Argentina ha colaborado con Italia en proyectos de defensa en el pasado y podría considerarla como un potencial proveedor de armamento.
- España también tiene una industria de defensa establecida y ofrece una amplia gama de equipos militares, como fragatas, vehículos blindados y aviones de transporte. Argentina ha mantenido relaciones comerciales en el ámbito de la defensa con España y podría explorar opciones de cooperación en este sentido.
Es importante tener en cuenta que la elección de un proveedor de armamento debe basarse en criterios como la calidad de los equipos, la interoperabilidad con las fuerzas armadas argentinas, el costo, el servicio postventa y la reputación del fabricante. Además, es fundamental asegurarse de que cualquier adquisición de armamento cumpla con las regulaciones internacionales y los estándares de derechos humanos.
Pero hay que ver si todos estos países tienen
los cojones de enfrentarse al veto del Reino Unido. Yo creo que no. Son todos
lo mismo. Invasores colonialistas. Entonces, ¿qué alternativas nos quedan? Lo
dejo a su criterio, lejos de los fanatismos prooccidentales, que muchas veces
ese fanatismo de nuestra propia ciudadanía de querer ser va en contra de
nuestros propios intereses y hasta de nuestra propia seguridad, y obviamente
como quedó demostrado, de nuestra propia soberanía.
Será Occidente la solución
para este tema?
Por: Pablo Gabriel Miraglia